Pluma Digital

11 Dic 2025 | Opinión

Entre Aranceles, Justicia y Juventud

Por: Juan José Ruvalcaba

México amaneció con tres movimientos políticos que definen el ánimo del país. El primero: el muro arancelario. El gobierno aprobó nuevos impuestos a productos de Asia y la medida ya genera reacomodos.

No es teoría económica: en Nuevo Laredo se nota. Las tiendas de importación, muchas operadas por empresarios chinos, han crecido en meses. Ahora enfrentarán costos más altos justo antes de Navidad.

A la familia común le dará igual quién votó qué; lo que verá será el precio.

Pero en política sí importa: Morena lo respalda como defensa industrial, la oposición advierte encarecimiento inmediato. En la frontera, la discusión no es ideológica: es de bolsillo. Los productos chinos seguro se van a encarecer está misma semana.

El segundo movimiento es la pausa a los jueces sin rostro. El Senado frenó la reforma y la empujó a febrero. Eso habla de un país que quiere reformar la justicia, pero todavía no sabe cómo.

Para Tamaulipas, donde las decisiones judiciales han marcado la vida pública por años, esta pausa evita un salto al vacío. La justicia no se puede rediseñar con prisa. Si no se aclara quién juzga, cómo y bajo qué controles, la gente pierde confianza en un sistema que ya viene golpeado.

El tercer punto lo pone la Generación Z. Un día marchan, al siguiente convocan, al siguiente dudan, pero siguen marcando agenda. No tienen líder ni partido; tienen hartazgo. Y eso basta para mover el tablero. No son multitudes, pero son ruido político real.

En Tamaulipas la participación no ha sido masiva, pero el sentimiento es igual: jóvenes que no ven futuro claro, que no creen en estructuras viejas y que están dispuestos a romper el silencio, aunque aún no encuentren dirección.

Los tres temas tienen un hilo común: el país está decidiendo cosas que tocan directamente la vida de la gente, mientras la ciudadanía —joven, adulta o empresaria— empieza a reaccionar.

Aranceles que suben precios, reformas judiciales que pueden cambiar derechos, movimientos juveniles que cuestionan todo. Y la frontera, como siempre, lo vive antes y lo resiente más.

Nuevo Laredo no necesita discursos; necesita entender qué decisiones de la capital cambian su economía, su justicia y su ánimo social. Hoy, las tres se movieron al mismo tiempo.

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