Tren Maya opera con subsidio del diez mil por ciento, revela Cuenta Pública 2024

9 Jun 2025 | Nacional

Por: Redacción
Mérida, Yucatán.–
Con información de Agencia Reforma

A un año de haber iniciado operaciones completas, el Tren Maya —proyecto emblemático de la llamada Cuarta Transformación— ha requerido 108 pesos del erario por cada peso generado, lo que representa un subsidio equivalente a diez mil setecientos por ciento.

Según datos de la Cuenta Pública 2024, la paraestatal de administración militar Tren Maya S.A. de C.V. recibió durante ese periodo 29 mil 912 millones de pesos de recursos públicos, mientras que sus ingresos propios apenas alcanzaron 276 millones de pesos.

“La magnitud del subsidio sorprende incluso considerando que se trata de una obra de infraestructura en etapa inicial. No hay precedente cercano en cuanto a gasto operativo y desbalance fiscal de este tamaño”, advierten especialistas consultados por Agencia Reforma.

Las ventas por boletos, bienes de consumo y renta de locales en estaciones no alcanzaron ni siquiera para cubrir el costo de la nómina. En 2024, los sueldos de los mil 700 empleados del tren sumaron 498.2 millones de pesos, superando por sí solos el total de ingresos comerciales.

Y el panorama para 2025 no cambia mucho. De acuerdo con estimaciones oficiales, el Tren Maya gastará 827 millones de pesos solo en salarios, a los que se sumarán 680 millones en costos de operación. La expectativa de ingresos se mantiene en 680 millones, lo que augura un nuevo año de déficit.

El subsidio federal autorizado hasta ahora asciende a 40 mil 827 millones de pesos, lo que implica que por cada peso que el Tren Maya espera generar por su cuenta, el gobierno aportará 60 pesos. Sin embargo, la cifra aún podría modificarse conforme avancen los meses y la demanda real.

Mientras tanto, el tren sigue operando con baja ocupación en varios tramos, limitaciones técnicas y críticas constantes sobre su rentabilidad y viabilidad a largo plazo.

En Llamas Comunicación seguimos documentando los contrastes entre los discursos de desarrollo y la realidad presupuestal que enfrentan las grandes obras públicas de México.

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