Por: Redacción
Austin, Texas.- La administración del presidente Donald Trump prepara un nuevo frente en su política migratoria al ordenar el despliegue de agentes federales en la frontera con México para detener a migrantes indocumentados que intentan regresar voluntariamente a sus países durante la temporada vacacional, de acuerdo con un memorando interno del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
“El incremento de las salidas voluntarias demuestra que nuestra estrategia de aplicación estricta de la ley está dando resultados”, afirmó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, durante una audiencia reciente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.
El documento establece que ICE y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza llevarán a cabo operativos focalizados en los cruces del sur del país, incluyendo autobuses comerciales y otros puntos de salida, con el objetivo de detener a quienes buscan salir sin un proceso formal y someterlos a procedimientos oficiales de deportación.
Especialistas advierten que esta estrategia busca imponer sanciones severas de reingreso, ya que una deportación formal puede impedir el retorno legal a Estados Unidos por años o incluso de manera permanente, cerrando cualquier vía futura de regularización migratoria.
La operación, identificada internamente como “Operación Adiós Irlandés”, ha generado críticas al considerarse un mecanismo para inflar las cifras oficiales de deportaciones, en momentos en que la Casa Blanca intenta mostrar avances hacia la meta de alcanzar niveles récord, pese a que la proyección actual de 600 mil expulsiones se mantiene por debajo de las 685 mil registradas en dos mil veinticuatro.
Durante la audiencia, el congresista republicano por Texas, Tony Gonzales, respaldó la estrategia federal al señalar: “Por favor, regresen a sus agencias y agradezcan a los hombres y mujeres que ayudan a mantener este país seguro”, en referencia a los agentes desplegados en la frontera.
En paralelo, el Departamento de Seguridad Nacional lanzó una nueva base de datos denominada “Lo peor de lo peor”, con la que sostiene que el setenta por ciento de los arrestos realizados por ICE corresponden a personas con antecedentes criminales, aunque registros independientes muestran que la mayoría de los detenidos no cuenta con historial delictivo.
Datos del Proyecto de Información sobre Deportaciones de la Universidad de California en Berkeley revelan que, durante el actual gobierno, ICE ha arrestado a casi 75 mil personas sin antecedentes penales, lo que contradice la narrativa oficial sobre las prioridades de aplicación de la ley migratoria.
A este endurecimiento se suma el anuncio del programa de visas “Gold Card”, que será lanzado el 18 de diciembre y ofrecerá residencia en Estados Unidos en “tiempo récord” a cambio de un pago de un millón de dólares, una medida que ha avivado el debate sobre el contraste entre las políticas de expulsión y los esquemas de acceso migratorio para sectores con alto poder adquisitivo.


