Por: Redacción
Washington, D.C.- El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., enfrentó duros cuestionamientos en el Capitolio, durante su comparecencia ante un comité del Congreso. Legisladores demócratas lo acusaron de poner en riesgo la salud pública y exigieron su renuncia inmediata.
“Es de interés del país que Robert Kennedy renuncie, y si no lo hace, Donald Trump debería despedirlo antes de que más personas resulten perjudicadas. Usted es un peligro para la salud del pueblo estadounidense”, afirmó el senador Ron Wyden, demócrata de mayor rango en el Comité de Finanzas del Senado.
En los últimos días, diversas organizaciones científicas y médicas han solicitado su dimisión, sumando presión política a un entorno ya polarizado.
Kennedy, sin embargo, defendió sus decisiones, incluida la destitución de la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), a la que calificó como un movimiento “absolutamente necesario” para recuperar altos estándares de salud pública.
A su vez, recibió el respaldo del senador republicano Bill Cassidy, presidente del Comité de Salud del Senado. Ambos destacaron que el presidente Donald Trump merece un Premio Nobel por la “Operación Warp Speed”, iniciativa que aceleró el desarrollo de vacunas y tratamientos contra el Covid-19.
La controversia sobre Kennedy refleja las tensiones crecientes en torno al rumbo de la política sanitaria en Estados Unidos, en un escenario donde la salud pública se mantiene como uno de los ejes centrales del debate político.