Por: Redacción
Los Ángeles, California.-
Las calles de Los Ángeles vivieron una jornada de alta tensión este domingo, luego de que el presidente Donald Trump ordenara el despliegue de la Guardia Nacional, provocando la indignación de miles de manifestantes que bloquearon vías principales, incendiaron vehículos autónomos y se enfrentaron con las fuerzas del orden.
El epicentro del caos se trasladó rápidamente a la autopista 101, donde grupos de inconformes, muchos de ellos jóvenes, lanzaron trozos de concreto, piedras, patinetas eléctricas y fuegos artificiales contra los agentes de la Patrulla de Carreteras de California.
“Nos trataron como si fuéramos delincuentes por exigir justicia. Nos lanzaron gas como si fuéramos una amenaza militar,” denunció una joven manifestante que cubría su rostro con una pañoleta roja.
Desde temprana hora, las tropas federales comenzaron a resguardar instalaciones clave, incluyendo un centro de detención donde, en días recientes, fueron trasladados varios inmigrantes. La escena fue digna de una postal de estado de excepción: policías montados, otros con equipo antidisturbios, y filas de efectivos alineados para contener la indignación creciente.
Al anochecer, y tras declarar la policía una reunión ilegal, gran parte de los asistentes se retiraron. Pero un grupo permaneció firme. Tomaron sillas de un parque público cercano para improvisar una barricada y lanzaron objetos a los oficiales al otro lado. Los enfrentamientos continuaron con intensidad, marcando una noche larga y agitada para una ciudad acostumbrada a resistir, pero no a callar.