Por Raúl S. Llamas
La pretemporada suele ser un laboratorio donde se prueban jugadas, se calibran plantillas y se mide el pulso de los novatos.
Pero también es un recordatorio cruel de que el fútbol no espera a nadie: Morice Norris tuvo que abandonar el campo tras una fuerte acción que paralizó por segundos a jugadores y aficionados.
Tras ser inmovilizado cuidadosamente, fue retirado del terreno en ambulancia y trasladado al Hospital.
Los Detroit Lions informaron que presentaba sensibilidad y movimiento en todas sus extremidades y que se encontraba estable, permaneciendo bajo observación mientras continúan las pruebas médicas. Un alivio parcial, pero que recuerda lo frágil que puede ser la carrera de un jugador.
Entre la incertidumbre, llegó un destello para la historia: Cam Little conectó un gol de campo de 70 yardas. Sí, setenta.
Fue en pretemporada y por eso no entrará a los libros oficiales, pero superó por cuatro yardas el récord de Justin Tucker en 2021.
Más allá del número, es un aviso de que el límite físico y mental de los pateadores sigue ampliándose.
Steelers y Patriots parecen perfilarse como caballos negros de la temporada. Ambos muestran defensivas sólidas, ejecución precisa y la actitud de quien juega con hambre. La historia de la NFL nos recuerda que equipos así suelen ser la pesadilla de los favoritos.
El marcador Broncos 30 – 49ers 09 dejó claro que Denver no solo ganó, sino que dominó.
Los de San Francisco, aunque incompletos, se vieron lentos y con urgencias claras en protección y ritmo ofensivo.
En medio de la actualidad, inevitablemente asoma la nostalgia. Ver ciertos acarreos trae a la memoria a Earl Campbell y aquellos Houston Oilers que jugaban con rudeza y corazón.
Campbell no solo corría: embestía. Era un tren que hacía que cada yarda doliera.
Quizá por eso, cada vez que un corredor baja el hombro y atraviesa la línea, uno siente que, en algún lugar del tiempo, los Oilers siguen vivos.
Y si hablamos de legado, los Patriots inmortalizaron a Tom Brady con una estatua de bronce en Patriot Place Plaza, develada antes del duelo de pretemporada frente a los Commanders.
Un gesto que recuerda que, más allá de los resultados inmediatos, la NFL también vive de las leyendas que marcaron épocas.
Esta pretemporada ya nos regaló sustos, hazañas y advertencias. Quien crea que estos juegos “no cuentan”, deberían mirar más allá del marcador: aquí se están escribiendo las primeras líneas de las historias que definirán la temporada.
¡TOUCHDOWN!