Lamar vuelve, pero la polémica nunca se fue
Por: Raúl S. Llamas
Las luces del M&T Bank Stadium todavía no terminaban de enfriarse tras la victoria sobre Miami, cuando en Baltimore se encendió otra alarma… y no precisamente por un blitz defensivo.
La NFL decidió multar a los Ravens por no reportar correctamente la lesión de Lamar Jackson previo al juego de la Semana 8 frente a los Bears.
Sí, ganaron en el campo… pero perdieron en los escritorios.
Porque en esta liga, ocultar información médica es tan grave como fallar un gol de campo de veinte yardas en playoffs.
Baltimore dijo que todo estaba bien con Lamar, cuando en realidad existía una molestia en el tendón de la corva.
La NFL lo investigó, lo comprobó… y les dejó la multa como recordatorio: aquí nadie juega a ser Bill Belichick sin pagar factura.
Pero el guion dio un giro digno de “Hollywood & helmet”:
Lamar volvió —físicamente y con autoridad— en la Semana 9.
Resultado: Ravens 28–6 sobre los Miami Dolphins.
Fue su tercera victoria del año, la segunda consecutiva, y el regreso de un quarterback que, tocado o no, sigue siendo el corazón que bombea vida a Baltimore.
Mientras tanto en el desierto… y en Texas
En otro rincón del emparrillado, tanto Dallas (3-4-1) como Arizona (2-5) llegan a la Semana 9 con la misma urgencia que un pateador sin tiempo fuera: ganar… o resignarse a ser espectadores en enero.
Los Cardinals, de Jonathan Gannon, viven una temporada que parece una montaña rusa sin frenos.
Le ganaron a Saints y Panthers… pero después perdieron cinco juegos seguidos.
Y sí, casi todos por márgenes ridículos.
Su realidad hoy no se llama “postemporada”.
Se llama: ser el equipo incómodo que le arruina la tarde a los que sí pelean algo.
Del lado de Dallas, la historia es conocida: talento hay, roster también… pero la palabra que no encuentran es consistencia.
Y en esta liga, sin eso no hay boleto en enero. Ni milagro.
Conclusión desde la yarda 50
Los Ravens ganaron, Lamar regresó… pero la NFL les recordó que la transparencia no es opcional.
Dallas y Arizona están en ese punto donde la temporada no está perdida… pero sí en terapia intensiva.
Y como siempre:
En la NFL puedes mentirle a tu rival, pero nunca al reglamento.
¡TOUCHDOWN!


