A un Gol de Campo del Destino…
Por: Raúl S. Llamas
Hemos llegado a la penúltima semana de la NFL y el margen de error ya no se mide en yardas, sino en decisiones.
Estamos —literalmente— a un gol de campo de los playoffs, ese punto exacto donde la estadística deja de ser elegante y el carácter se vuelve obligatorio.
Y aquí va mi lectura, con datos en la mano y olfato de emparrillado: este puede ser el año de los Buffalo Bills.
Sí, lo dije. Y no es una corazonada: es una proyección.
A pesar de una lesión en el pie derecho, Josh Allen estará en el campo este domingo ante los Philadelphia Eagles.
Sin restricciones. Sin muletas narrativas. Sin excusas.
Bajo el mando de Sean McDermott, Buffalo dejó de ser un buen proyecto para convertirse en una organización con cultura.
Desde 2017, los Bills son inquilinos habituales de enero.
Cinco postemporpadas consecutivas entre 2020 y 2024.
Siete victorias en playoffs.
Eso no es casualidad, es gobernanza deportiva.
Allen —quarterback desde 2018— personifica el ADN del equipo: brazo agresivo, lecturas rápidas, piernas que rompen esquemas y una peligrosa costumbre de convertir el caos en ventaja competitiva.
Ahora bien, no todo es pulcritud.
Estos Bills son capaces de remontadas casi milagrosas ante contendientes como Kansas City Chiefs o Baltimore Ravens, pero también de rozar el absurdo y tropezar con Miami Dolphins o Atlanta Falcons.
Ese es el dilema: grandeza o inconsistencia.
Este domingo sabremos de qué están hechos.
Del otro lado, Filadelfia no es invitado accidental.
esde 2017, los Eagles han sabido mantenerse relevantes, con un pico claro en 2022 cuando llegaron al Super Bowl.
Con Nick Sirianni al frente, el equipo presume un fútbol físico, pragmático y calculado, donde el juego terrestre abre la puerta al engaño perfecto del play-action. No brillan siempre, pero castigan cuando deben.
Mientras tanto, en el horario estelar del Sunday Night Football, los San Francisco 49ers llegan embalados.
Cinco victorias consecutivas.
Momento alto.
Y un Brock Purdy que lanzó cinco pases de anotación ante los Indianapolis Colts, algo que no se veía desde Steve Young en 1995.
Nada menor. Nada casual.
Y ojo con el Norte de la NFC.
Los Chicago Bears vienen de una victoria agónica ante los Green Bay Packers y ahora mandan en la división.
Con dos partidos por delante, Caleb Williams tiene la vitrina perfecta para justificar por qué fue el pick número uno del Draft. Aquí no bastan promesas: se exigen resultados.
Así está el tablero.
A un gol de campo del abismo… O de la gloria.
Y si los Bills quieren dejar de ser eternos aspirantes para convertirse en protagonistas, este es el momento.
Porque enero no perdona… Y febrero solo invita a los que se atreven…
¡TOUCHDOWN!


