Por: Redacción
Buenos Aires, Argentina.- La festividad de Janucá, cuyo significado es “dedicación”, dio inicio este domingo 14 de diciembre de 2025 como una conmemoración central para el pueblo judío, al recordar la dedicación del Templo Sagrado tras la victoria de los asmoneos sobre los seléucidas sirio-griegos en el siglo segundo antes de la era común, un episodio marcado por la defensa de la identidad, la fe y la libertad religiosa.
“La manera de responder, de actuar, es encendiendo luz. Frente a la adversidad, la respuesta no es tirarse para atrás, la respuesta no es caerse, la respuesta es encender luz”, afirmó el rabino Tzvi Grunblatt, director general de Jabad Argentina, al subrayar el sentido espiritual y contemporáneo de esta celebración milenaria.
Janucá se extiende durante ocho noches y convoca a las familias judías a encender la menorá en sus hogares, un ritual que simboliza la esperanza, la resistencia y la renovación de la fe, incluso en contextos de dificultad o incertidumbre.
La festividad también recuerda el llamado milagro del aceite, cuando una pequeña vasija que debía durar solo un día mantuvo encendida la menorá del Templo durante ocho días completos, tiempo suficiente para preparar nuevo aceite puro, de acuerdo con la tradición.
Según las costumbres religiosas, las velas pueden encenderse en interiores y las bendiciones pueden recitarse hasta el amanecer, siempre que haya alguien despierto para presenciar la luz.
Algunas interpretaciones permiten realizar las bendiciones incluso si la persona se encuentra sola, reforzando la dimensión íntima y espiritual del encendido.
Con más de dos mil doscientos años de historia, Janucá mantiene su vigencia como una celebración que trasciende lo ritual y se proyecta como un mensaje universal: ante la oscuridad, la respuesta sigue siendo encender luz.


