Dentro del Emparrillado. Calentando Motores

17 Ago 2025 | Deportes

Por: Raúl S. Llamas

El fútbol americano continúa calentando motores en estos días de agosto y la pretemporada de la NFL se ha convertido en un auténtico laboratorio donde se mezclan promesas, apuestas y certezas.

Aunque muchos consideran estos juegos como meros entrenamientos con público, lo cierto es que aquí se escriben destinos: carreras que despegan y otras que se apagan sin haber arrancado.

La reciente jornada, con once partidos en cartelera, dejó postales para el análisis.

Vimos a novatos enfrentarse a la presión del casco profesional y a veteranos probando que todavía tienen gasolina en el tanque.

C.J. Stroud, joven mariscal de los Texans, mostró temple y madurez, dejando claro que Houston encontró a su líder.

El «jefe» Patrick Mahomes, con un grupo renovado de receptores, encara el reto de sincronizar en tiempo récord su química con caras nuevas.

Anthony Richardson, de los Colts, enseñó destellos, pero todavía necesita domar esa mezcla explosiva de talento y ansiedad.

En Chicago, Caleb Williams, primera selección global del Draft, lució fresco, eléctrico, con ese aire de jugador llamado a cambiar la historia de los Bears.

“Es apenas el inicio, pero cada serie ofensiva, cada captura, cada pase interceptado es una prueba de fuego”, comentó un analista desde Dallas. Y no se equivoca: la pretemporada no se mide en victorias, sino en certezas sobre si las inversiones millonarias rendirán frutos cuando llegue septiembre.

En Nueva Inglaterra, la atención estuvo en Drake Maye, novato que muchos ven como el heredero natural de Mac Jones.

En San Francisco, los 49ers dieron espacio a Trey Lance, pero la sombra de Brock Purdy sigue siendo demasiado larga.

Y en Green Bay, Jordan Love empieza a demostrar que el relevo de Aaron Rodgers, aunque pesado, no es imposible.

Más allá de nombres y nóminas, la liga atraviesa una evidente transición.

Viejas glorias como Russell Wilson en Pittsburgh o Matthew Stafford en Los Ángeles saben que este año es decisivo para su vigencia.

Y al mismo tiempo, la nueva generación de quarterbacks parece dispuesta a reescribir la narrativa con hambre y ambición.

La NFL se rejuvenece con sangre nueva. Y eso significa espectáculo garantizado para el aficionado.

Porque, en el fondo, lo que nos atrae de este deporte no es quién gana en agosto, sino la épica de ver cómo un muchacho que ayer jugaba en la universidad hoy, bajo las luces del estadio, se atreve a desafiar a gigantes.

Dentro del emparrillado, hasta en pretemporada, se juega con cabeza, corazón… y la certeza de que cada segundo puede cambiarlo todo.

¡Touchdown!

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