Dentro del Emparrillado. Steelers, chequera y colmillo: ¿se viene el resurgimiento?

20 Jul 2025 | Deportes

Por: Raúl S. Llamas

Después de algunos años navegando en la mediocridad, los Pittsburgh Steelers parecen haber encendido nuevamente la caldera de la ilusión. Y no lo hicieron con discursos, sino con lo que más pesa en la NFL actual: dólares.

El linebacker T.J. Watt acaba de firmar una extensión de contrato por tres años y ciento veintitrés millones de dólares, lo que lo convierte oficialmente en el jugador no quarterback mejor pagado en la historia de la liga. Sí, así de claro. Y aunque la cifra impresiona, no sorprende: cuando tienes en tus filas a un cazador de cabezas con motor perpetuo como Watt, la lógica dicta blindarlo… aunque para ello haya que romper el banco.

Como ya es costumbre en la familia, su hermano mayor —el legendario J.J. Watt— no tardó en soltar una carcajada digital ante la noticia. Aquel que alguna vez fue el rostro indiscutible de la defensa texana, hoy disfruta ver cómo su hermano menor se consolida como ícono de Pittsburgh… y millonario con linaje.

Pero el dinero no lo es todo. Los Steelers también parecen haber ajustado las tuercas del vestidor y del staff, enviando señales claras de que esta vez, la apuesta va en serio. Quizá no sea aún el año del Super Bowl, pero sí puede marcar el comienzo de una nueva era para la Cortina de Acero.

Mientras tanto, en otras latitudes del emparrillado, los Washington Commanders también abrieron la chequera, aunque con una jugada de alto riesgo: ficharon a Von Miller, una leyenda viva del pass rush… que también carga treinta y seis años sobre los hombros. Su presencia será sin duda valiosa, sobre todo como guía y motivador, pero en cuanto a rendimiento sostenido, las expectativas deben manejarse con bisturí.

En San Francisco, los reflectores giran hacia Robert Saleh, quien regresa al redil de los 49ers con una jugada estratégica bajo la manga: la incorporación de Gus Bradley como entrenador asistente en jefe y coordinador defensivo. Bradley, con una hoja de vida extensa y una vieja alianza con Saleh, podría ser justo la pieza que necesitaba la defensa gambusina para volver a asfixiar rivales como en sus mejores tiempos.

En resumen, el panorama se mueve, las chequeras se agitan y las estrategias se afinan. Pero como siempre en la NFL, el ruido de la pretemporada es solo el primer acorde. La verdadera sinfonía arranca cuando suena el primer silbatazo.

¡Touchdown!

Te puede interesar: