Por: Redacción
Kerville, Texas.-
En medio de fuertes cuestionamientos por su tardanza, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó este viernes la región central de Texas, severamente afectada por una catastrófica inundación que dejó más de cien muertos y expuso serias fallas en el sistema de respuesta federal ante emergencias.
“Las aguas arrasaron barrios enteros en minutos, pero la ayuda federal tardó días. ¿Y ahora sí aparece el presidente?”, reprochó un residente de la zona, visiblemente molesto durante el recorrido oficial.
La visita de Trump ocurre varios días después de que la emergencia alcanzara su punto más crítico, y mientras los cuestionamientos a su administración aumentan por la lentitud de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), cuya operatividad se vio afectada por trabas burocráticas en las primeras fases del desastre.
Reportes desde Hill Country indican que los sistemas de alerta fallaron o no se activaron a tiempo, provocando una tragedia que pudo haberse evitado en parte con mayor previsión.
Organizaciones de rescate, cuerpos locales y brigadas voluntarias han sostenido las labores de apoyo en ausencia de una respuesta federal oportuna. La visita presidencial, lejos de apaciguar los ánimos, ha sido vista por muchos como una reacción tardía y obligada por la presión pública.
El balance de víctimas sigue en aumento, mientras decenas de personas permanecen desaparecidas y miles más enfrentan la pérdida total de sus hogares.