Llegan primeros deportados a Matamoros: incertidumbre y miedo en la frontera

8 Feb 2025 | Tamaulipas

Matamoros, Tamaulipas.– La noche trajo consigo el arribo de los primeros deportados a Matamoros.

Entre la penumbra, los autobuses y unidades del Instituto Nacional de Migración (INM) se detuvieron frente al refugio improvisado en el antiguo estadio de la ciudad.

A bordo, los pasajeros descendieron con rostros agotados y miradas perdidas, cargando no solo sus maletas raídas, sino también el peso de un viaje forzado de regreso.

El convoy llegó bajo una estricta vigilancia de la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional, en un despliegue que más que protección, evocaba el carácter de una operación estratégica.

Pero el escenario no era otro que el regreso de aquellos que, tras dejarlo todo en busca del sueño americano, fueron devueltos a un punto de partida incierto.

Bienvenidos, pero no libres

Uno a uno, los deportados descendieron en silencio.

Nadie los recibió con alegría, nadie festejó su regreso.

Lo primero que escucharon al pisar suelo mexicano fue una advertencia:

“En México son libres, no están detenidos, pero no queremos que salgan”.

Las palabras resonaron con un tono que mezclaba advertencia y realidad.

Matamoros no es un lugar seguro, y las autoridades lo dejaron claro.

Mantenerse dentro del refugio no era una sugerencia, sino una medida de supervivencia.

A medida que la noche avanzaba, los recién llegados se acomodaban en los espacios asignados.

Algunos se sentaron en el suelo, cabizbajos y en silencio.

Otros se abrazaron con fuerza, encontrando en sus familias el único refugio posible ante la incertidumbre.

Mientras tanto, la frontera sigue siendo un territorio de contrastes: la puerta de entrada para algunos, la despedida forzada para otros.

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